domingo, 12 de junio de 2011

Después

Desde este estado embriagado

de pena semi difusa

se ve todo más borroso,

más pequeño.

Mientras, desenredo

los minutos,

intentando descubrir

la mágica estela de tu rastro:

me quedo ciega,

desordeno los papeles,

escojo nuevos rincones,

me desahogo frente al espejo.

Trato de aguantar las ganas de llorar

y sin querer se me escapa una lágrima.