martes, 11 de abril de 2006



No sé por qué te lo digo, pero te lo tengo que decir.
No sé, es que estoy como tonta, sin fuerzas para decidir.
No sé si sabes a qué me refiero, a esa forma de sorprenderte de reojo.
No se si notas que me entero, aunque parezca que estoy en otra parte. Lejos.

No sé por qué te lo cuento. No te da lo contrario, porque sigues pensando lo mismo.

Sé qué me pasa aunque quiera que me pase contigo. Quizás ya es tarde y la dicha fue suficiente.

Todos los finales se parecen entre ellos, siempre se va
uno rompiendo la cuerda que los sostiene. Tampoco te prometo que me vaya.

Igual queda tiempo para volver a empezar por el principio.