domingo, 26 de abril de 2009

Bailando me paso el día, entre otras cosas

N. de la T. Disculpen estas molestias: seguimos con lo nuestro.
Así es.

Esta terapia tiene algunos defectos, de sabios es reconocerlo.
Tan sabios no somos pero lo reconocemos. No tenemos aún la certeza de que esos defectillos terminen siendo –quizás con un poco de empeño- virtudes que se escaquean; eso según lo vea cada cual. Dependerá de los ojos con los que se nos mire, o del color de los cristales de sus gafas de sol.
Otro día, queridos, hablaremos de la importancia de llamarse Ernesto, y también de la importancia de unas buenas gafas de sol con sus buenos cristales de colores. Ya saben, protéjanse siempre los ojos, que el par que tenemos ha de durarnos toda la vida.

Venga, que nos vamos del tema. Uno de estos defectos/virtudes, ésos a los que nos referimos -al inicio de este particular soliloquio- es que somos un poco tremendos-tremendistas tirando a lolailos. Esto es, en las Grandes Ocasiones, tanto cuando el desenfreno como el conflicto lo requieren: sacamos las castañuelas, entonamos un ‘jitazo’ de ayer, hoy y siempre, y nos marcamos unos bailes de lo más sanos, esos que acaban con cualquier atisbo de mal rollo. ¿Me siguen? ¿Entienden la importancia del Ritmo? ¿No?
A ver síganme todo recto y pasamos al desarrollo de esta Gran Pregunta:
¿Sabían que bailar es sanísimo?

¿Que fortalece la salud y nos quita los nervios cuando estamos nerviosos nerviosos? Pues desde aquí les informamos: Contonearse robustece la autoestima; desentumece los huesos, mejora nuestra expresión corporal –que a todos nos gusta un ‘meneíllo’; y reanima a las mentes más oxidadas. Incluso, si se me ponen tristes, a las menos animadas: 'Arriba esas sonrisas, y que no se diga hombre'.

Eso sí: Bailen con precaución, no me vayan a terminar como Alaska con el cuerpo dolorido, que se pasaba el día bailando y así ha terminado la pobre. Esa mujer es un no parar de energía, ¿no les parece que está en todas partes Alaska? Es como la cocacola. Ain, la cocacola, esa bebida refrescante y con burbujitas, que se disipa igual que servidora después de un ‘cabreíllo’, ya me he vuelto a ir, cómo me disperso oigan: Disculpen.

Después de hacer bastante hincapié en los beneficios del bailoteo, les tengo que confesar algo. Todo el rollo del baile viene por algo -o no queridos, ya conocen ustedes, si son lectores habituales por eso les advertimos (¿Hay alguien nuevo por ahí?)- las ‘multiconexiones’ que se gasta esta terapeuta para acabar contando ‘nada’, lo que viene siendo, en argot de la calle: ‘nádená’. Qué le vamos a hacer, no se puede luchar contra la propia mente, que se empeña en divagar y divagar.
Bueno, por poder se puede combatir contra uno mismo - con mucha fuerza mental. Se puede sí, aunque no vamos a ponernos ‘tan farrucos’ ni exigentes con nosotros mismos; para eso ya tenemos a los jefes o a los padres, según las circunstancias de cada uno. Tampoco podemos estar así 'pidiéndonos todo el rato cosas imposibles' puesto que conllevan una gran exigencia, y al final se me cansan que no vean.

A saber, cada cual tendrá sus 'listones más altos', sus pequeñas escaladas al 'Chiquiti-kili-manjaror': ‘apuntarnos al gimnasio para tener el Cuerpo de Elle McPerson’; inscribirnos en un campamento de idiomas para pillar un novio extranjero y aprender bien la lengua –extranjera. Pero tampoco se pongan Grandes Metas. Ya saben: Pasarlo mal ‘pa ná’ es tontería.
Ya les oigo, me dirán los más guerreros: ‘pa tonterías las suyas’. Sí, hemos de reconocerlo nos hallamos en una ‘etapa tontolona’, en modo ‘atontolinaíllo’. Hay que ver cómo nos gusta inventar palabras sin ayuda de un diccionario, ah, y también un brownie calentito con helado de vainilla y chocolate caliente por encima. Con eso nos volvemos casi locos, salivamos en exceso y ya estamos volviendo al ‘dispersamiento’.

Les pregunto, entonces: ¿Cuál es su canción preferida? ¿Hace ese soniquete que quieran bailar hasta perder el sentido? ¿Les incita al movimiento aunque sea al escuchar los tres primeros acordes? (Do-o-o estracto de varó-o-on...¿?)

Todo el mundo tiene una canción que le alegra, que le pone las pilas y levanta su estado de ánimo hacia el cielo. Pues: ¿Qué les gustaría escuchar si bailasen como si nadie los viera?; ¿Cuál sería el ritmo que tendría que sonar para que ustedes se arrancaran y se convirtieran en los Reyes de la Pista?; ¿Sintieron alguna vez vergüenza ajena viendo a alguien menear su cuerpo como si fuera una batidora? ¿Ocurrió que esta persona bailaba aquel baile, el de ‘ma-yo-nesa… na-na-na-ná’?

Reconocemos, no sin algo de dolor en el propio amor propio, que en ocasiones fuimos de los que se lanzan a la pista como si se hubiera acabado el mundo; otras hemos sido los desencadenantes de una conga; e, inevitablemente algunas veces hicimos que nuestros amigos dejaran de serlo una noche, sí, después de avergonzarlos con nuestros devaneos al son de la música: en un puro despropósito, amos.

Por eso, asumir los errores es de sabios, aunque nosotros seamos unos aprendices de todo y unos maestrillos de nada. Pero esta sería la canción que bailaríamos hoy. Mañana ya tocará otra Sam, que para eso está.
Les dejo con los –únicos, imprescindibles, inigualables y genuinos, puesto que no ha habido nadie que hiciera gritar taaanto a las niñas con unas letras tan… tan de ellos, bueno sí, Alejandro Sanz, pero en otro estilo y con otras fanes- Hombres G y su 'himno oficial':
“Dejad que las niñas se acerquen a mí”.
Vaya declaración de principios, me río yo del código de honor de la OTAN y de las leyes que rigen el planeta, esto sí que es un lema y lo demás es tontería.

Ahí lo llevan, no coarten a sus pies si ven que el dedito gordo empieza a marcar su ritmo...

sábado, 18 de abril de 2009

¿Quién ha sido?

(¿... Seré yo?)*

Pío, pío. Que yo no he sío.

De verdad, pudiera parecerlo, pero no fui yo.
Fue la otra: predecesora del cataclismo,
antecesora del caos.

Al contrario que una misma,
que duda más que una sombra de duda;
Pregunto: ¿El Todo o La Nada?
Respondo: Como la muerte súbdita en el tenis.
Un ‘taibrek’ y me como un ‘Kit-Kat’.

Descansito en medio de la nada.
Cigarrito y espera un momento
que te ponga de los nervios.
Acercándome cuando todos vuelven
de ningún lugar, con ganas de simulacros.

Sin saber que la vida es el simulacro
que tenemos, ¿lo merecemos?
Hagan sus apuestas.

Mientras, espero al todo; y de todo.
Aunque, sólo te quedas y enmudeces
prestándome la nada salada.
Descafeinada nada.
Clara como el agua: Para nada.

Tampoco soy nadie si tratas de asustarme
Y apagas la luz de mi cuarto:
Habitáculo donde perderte de vista, baby.

¿Sabes?, sólo soplo entonces, cuando llega aquella:
la oscuridad pasajera,
cuando a mí me da por apagar velas.
Cada uno se consuela como quiere.

Velas que dejo encendidas para un ‘por si acaso’:
¿Y si llegara un ocaso al desaparecer la sombra de este día?
Día perfecto de sábado sin ‘sabadete’; ni perrito que te muerda.

Y me bese la oreja derecha, que nunca se queja,
porque no se aceptan reclamaciones
ni lágrimas que saben a sugus de piña.

Además, cuando me quedo a oscuras
saco una cerilla.
Que arde de maravilla, oyes.
Y me controla estas dudas,
reaviva un deseo: fugaz estrella brillante,
que se muere de ganas de decirte alguna verdad.

Pero esa que te la cuente la otra
-más cuentista que una misma-
Inconformista sí seré aunque no te empeñes en mi.

Y tranquila me quedaré, con la duda,
que no creo que duela ni escueza.
No es tan grande
Ni tan malvada como el Hada.

Rebota rebota: explota en la cara la nada.

Como el globo que nunca tuvimos
que siempre nos merecimos.
Cuando después del humo negro,

Tomas prestado el vacío
desapareces con el ánimo vago
entregado en La simple, pero Respuesta:
no estás ahí.

¿Estuviste alguna vez?
Pues no estaba esta una tampoco, ni mucho.

Porque te perdiste conmigo
aunque no fuera la precursora del hueco
que deja tu cuerpo; ni aquella ceniza en los ojos,
ni la mirada del adiós:
aunque le sobra tiempo para ser sincera.

A su manera te lo dice, al menos eso, el resto es puro teatro.
Como una misma. Igual a la otra que no soy ni seré.

Ni siquiera fui la razón de las llamaradas apagadas,
Ni el aleteo de la mariposa blanca:
Guardiana de las buenas nuevas.
Nada de eso fui.

Y todo lo demás*
te lo perdiste buscando a otra; que ya no me importa
porque no fui yo*, y tu la esperabas a ella,
y la confundiste conmigo.

***

P.D. Aprovecho para saludar a los fanes -que los tendrán a millones, y a los artistas: Xoel-Deluxe; Rebeca Jiménez; y el Triste, y su hermano chico, Amaro.

viernes, 3 de abril de 2009

Alguien que nos cuide*

N. de la T. de G. Queriditos, decidme vosotros el porqué, el cómo, el cuándo... ¿Será la respuesta correcta un 'Quizás'? '¡Pues, yo qué sé, a mi que me cuentas!', hubiera dicho La Ratita Presumida, si hubiera tenido una canción (*)
¿Por qué algunos necesitamos asistencia personalizada cuando -sin querer o porque no queremos, no distinguimos el dichoso letrerito verde, el que indica: 'EXIT/SALIDA DE EMERGENCIA' (Oasis del que NS/NC) ?

¿Por qué otros requieren un punto de apoyo para cambiar el mundo, o un simple punto de apoyo para comerse un bollo (?) ¿Por qué algunos quieren, a veces, irse tan lejos que se les olvide volver? ¿Será que estos últimos no quieren volver? ¿Será que lo que quieren es olvidar cómo se vuelve? ¿No quieren volver, entonces? Ay qué grán lio, pequeños míos, perdonénme la licencia que me tomo de liarles siempre la cabeza.

[Sólo nos queda preguntarnos: ¿Qué será será, whatever will be, will be? Ya lo dice la famosa cancioncilla. Ejem. Yo de pequeña quería ser bombera o arqueóloga, y me quedé en 'periodistilla listilla', y así nos va...]

Pues lo decimos bastante a menudo, pero así es: será lo que tenga que ser y ocurrirá cuando tenga que ocurrir; eso es lo único que tenemos claro desde esta nuestra humilde terapia de grupo, con esta poca experiencia de los 30 recién cumplidos.

Lo que venga tendrá que ser bienvenido, nos guste o no. Bienvenido: al igual que esas letras que adornan cualquier 'felpudo casero' que se precie de serlo. No se me fíen de un 'felpudo cualquiera' que no les diga bienvenidos, ah, y de cualquier persona humana que no se pida un buen postre después de comer de menú. Algo raro habrá ahí...

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(*) Alguien que no sea muy bueno, que no sea muy malo y si me hace regalos que no le cuesten dinero. Alguien que cuide de mi, que quiera matarme y se mate por mi. Que no quiero más chulos que no traen un duro, ni tios muy feos con un 'gran empleo'; que no quiero borrachos ni locos de atar, ningún mamarrasho que me haga llorar. Ni chicos 'perdidos' buscando a mamá, ni tipos 'muy finos' que luego te la dan: Alguien que cuide de mí, que quiera matarme y se mate por mi... que parece que no se parece a ti.

Ahora, después de este 'extracto semi-codificado con clave de acceso' les dejo con la eterna sonrisa de Doris Day, que miren era super sabia y qué estilazo tenía con todo el glamour en lo alto: miren miren, mona monísima. Ella hacía 'la dichosa' preguntita, y ustedes me pinchan en el enlace de abajo que hoy parece que el youtube patrocina este espacio:

¿Qué será será?

Feliz Semana Santa a todos. Sean requetefelices 'ahí afuera'

¡Nos vemos a la vuelta!