Recordar. Ahora recuerdo Marruecos. Antes, me había acordado de la declaración de la renta, y del borrador ése de pantomima. Después de cagarme en Hacienda, y en esta extraña confabulación que el universo y la economía mundial preparan contra mí, mejor pienso en Marruecos. Su color rojo oscuro, como tierra batida de ‘Roland Garrós’ después de un buen chaparrón.
Menos mal que recordar es volver a vivir lo vivido, pero con los ojos del que ha vuelto. Lo hacemos en condiciones distintas a las que tuvimos cuando nos íbamos, sin algunas cosas que perdimos en el viaje, y otras que encontramos deshaciendo maletas. Alguna de mis acompañantes, se compró unos pantalones, a otra la timaron, y uno se cortó el pelo, en fin, estas cosas que pasan en los viajes. Hace unos días, una chispa, de las que saltan a veces en mi cabeza, ha hecho ‘clink’ y ha facilitado que recuerde olores, sabores y colores. Qué maravilla poder evocarlos. Hace más de un año. Tres viajeros y un destino (bueno ya... peliculera total)
Miro hacia atrás, como Luz Casal, y es que me vienen todos los recuerdos. A mí me gusta viajar, me encanta, pero he de reconocer que en el plano ‘preparativos’, me vuelvo un poco croqueta si tengo la época croqueta. Es decir, a mí me viene bien todo, si dispongo de días y posibilidades de viajar. No suelo quejarme, ni soy quisquillosa. El año pasado no es que tuviera la mejor época, tampoco era la peor, pero bueno. Estaba en el paro, básicamente, y un poco perdida como sin querer tampoco encontrarme. Huidiza dentro de mi sociabilidad, un 3 en la escala 5 de asobinamiento. Manu, me convenció para que fuéramos a Marruecos, y al final, porque somos muy chulas y nos acompañó Vincent, y nos sentíamos protegidas, estuvimos en Essaouira y Sidi Kaouki. Las mejores playas… y unos jipi deluxe que ni os cuento…
Esto lo tendré que contar con más tiempo… hoy es que estoy un poco modorra…
P.D. Manu lo contó muy bien..