sábado, 29 de septiembre de 2007

Amparito se llama mi amor (III)

Todo el mundo necesita un poquito de amor
En la acera, un resoplo íncomodo trae el nombre de Amparito. Lo escucha su novio Expedito y también el borrachín que los trae por la calle de la amargura. Éste último, pobre infeliz, que con tres o cinco copas de más trae consigo, sin saberlo, la hecatombe.
Agapito vuelve a gritar desesperado el nombre de la chica.
- ¡¡¡AMPARITOOOOO!!!!!!!!!
- Amor, me parece que te están llamando- sugiere el avispado novio, que está claramente contrariado.
- Ampadito, pedona, é vedad, te llama ézse- apunta el borrachín con su dedo índice hacia arriba. El pedo que lleva le impide que baje el brazo, de tal modo que se queda un instante embobado señalando a Agapito. Sus amigos reparan en la postura, mientras ríen y le chillan:
- ¡Que te va a caé un dooonu!
- Tíooos, ¡¡Vení padacá!!- les reclama éste enfadado.
- ¡¡Cuidaoooooooooo!!- responden señalando hacia el 4ºB.
Agapito está a punto de tirarse por la ventana.
Amparito reconoce a Agapito. En un instante, dos pensamientos pasan fugaces por su cabeza. El primero es decirle a Agapito que se tire. Total. Pero, decide hacerle caso al segundo: evitarlo.

jueves, 20 de septiembre de 2007

Amparito se llama mi amor (II)

Expedito se llama su amor
El sonido de una sirena de policía perturba la tranquilidad de la madrugada - como preaviso musical del incipiente caos. Por tanto, la advertencia cercana de la autoridad, se cuela en la conversación entre un borrachín y un chico, que no deja de agarrar la mano de su novia. A través de unas cortinas, alguien está presenciando la situación.

La chica asiste a las explicaciones que el novio, equivocado, intenta darle al nocturno perjudicado. Ella presiente el lugar al que el singular grupo pretende llegar, cree que es el único abierto a esas horas. Mira al tipo y piensa en la clase de personajes que pueblan el bar. Recuerda perfectamente cómo llegar a él, está en la acera de los impares y se llama Carmina Burana. Generalmente acoge a almas perdidas. Estrecha fuerte la mano de su chico. Piensa en Agapito, pero Agapito ya no es nadie.

Desde la ventana del 4ºB, una presencia se encuentra inmersa en la conversación a dos bandas. El joven que da las señas incorrectas tiene una voz que a Agapito le resulta familiar, pero no puede distinguir su cara. A poca distancia, el resto de los amigos borrachos continúa su particular fiesta con el 3 en raya, sin hacerle caso a los requerimientos de su líder. El mirón del ventanal asume su condición de observador indiscreto que, desde un lejano cuarto piso, le impide meterse donde no le llaman. Y piensa en Expedito. Expedito es un cabrón.

La chica decide pronunciarse ante las confundidas indicaciones de su pareja. El borracho no recuerda ni su nombre, como para acordarse del de aquellas calles. Aún así, las repite para fijarlas en su memoria. El chico cree tener la razón. Agapito tiene la certeza de que le están indicando erróneamente. El resto del grupo no puede parar de reír ante el primer 3 en raya de la noche.

(TDRÉ EN DAYAAAAAAAAAAA!! Jajaaaajajaja)

- Mademía cómo vanesto, zsi edque no zsaben bebé

- Cielo, te confundes, no es la esquina con Gregorio Tornillo, es la de la Parrilla del Santo (la chica parece segura)

- ¿No é gdregodio todnillo? (pregunta el borrachín con los ojos abiertos como platos)

- Sí, amor, es Argenzuela con Gregorio

- ¿Zsí é?

- Te confundes, cariño, no es

- ¿No é?

- Sí es

- Pedonad, yo creo que tiene dazón ella, me zsuena má la padilla del zsanto

- ¿¡Tú qué sabrás, si vas borracho!? (el chico pierde la compostura)

- ¿Bodacho yo? pedo oye, que yo no te pedido el drespeto, zsólo quedemo llegá a caminabudana

- ¿¿El bar Carmina Burana?? (pregunta al unísono la pareja)

Agapito reconoce entonces la voz de Amparito. Le da un vuelco el corazón. Hace meses que no sabe nada de ella. Como un resorte, su garganta escupe el nombre de la chica a la que todavía ama. Su grito desesperado se percibe a través de la distancia que los separa. De hecho, lo percibe todo el vecindario.

- AMPARITOOOOOOOOO

- ¡Bfgji! ¿Ampadito?, ¡¿te llama Am-padito!?

- Sí, ¿algún problema?

- ¿Quién grita?

(Los problemas no han hecho sino comenzar..)

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Amparito se llama mi amor

Las 3 en raya

La calle está desierta. A lo lejos se percibe la agonía del fin de semana, que se traduce en la sonora carcajada de un borracho. Le responderá como el eco, una melodía de risas que pertenece a sus amigos, con los que cooperará por el objetivo lúdico de esa noche. Serán compañeros de cubatas y de hipos. De chistes malos y de peores resacas. En un intento de vuelta a casa, puede que el jolgorio se transforme en algún llanto, desorientado y huidizo. Una vez aliviado, no importará retomar el viaje y seguir a cualquier improvisado capitán, para acabar la velada perdiendo el norte con una tripulación desconocida.

De repente, una pareja de jóvenes aparece en la acera, desafiando con sus andares silenciosos a aquellos niños perdidos, que no quieren dormir ni regresar a Nunca Jamás. Un par de dos que pasean con las manos apretadas, frente a un grupo desbaratado que unido se emborracha y ríe. Miradas cómplices en un bando y algarabía nocturna en el otro.

En medio de la solitaria calle hay una ventana con la luz encendida. Observando la escena desde su habitación, está Agapito, que no puede evitar sentir algo de envidia. Mirando a unos, recuerda sus mejores moñas, los peores chistes y las carcajadas que se enlazaban. También, las lágrimas con sabor a ron con cocacola que compartía con sus amigos. Y piensa en Amparito. Amparito se llama su amor.

Mientras, la pandilla cada vez más tambaleante, intenta quedarse quieta y empieza a plantearse cuál será el siguiente destino. Las direcciones se atropellan y todos parecen tener la razón. No se ponen de acuerdo, hasta que por fin una voz pregunta a los novios, que se les cruzan, rompiendo el silencio que les separa:

- Pedonad, ¿la calle Madalena? ¿sabéi dóde esztá la calle Madadena?

Mientras, el resto espera divertido las indicaciones del improvisado líder y comienza una imaginaria partida de 3 en raya, pero son cuatro. Cada uno de los componentes tendría que ser una ficha, con un vocal para cada equipo. Pero no les salen las cuentas. Como siempre, ajeno al juego, el encargado de recordar las indicaciones que le dan los desconocidos, es el menos indicado para pedirlas. Le contesta el chico, de unos veinte años.

- ¿La calle Magdalena?

- Zsí, ézsa

- Tenéis que seguir todo recto, hasta la calle de los Geranios

- Zsí, Gedanio

- Después, la bajáis hasta el final, torcéis a la izquierda y pilláis la calle Argenzuela

- Uf, zssí, Argdenszue..

- Esquina con Gregorio Tornillo

- ¿Sztás de coña, no?

- No

- Vale, pedona, ezs que no me voy acodá. Espeda un momento, pó favod.. ¡oyee.. vení padacá alguno!
...
- ¡No podemo que sztamo jugando a las trdé en daya!

- No me jodái, hombdre.. vaya noczhecita
(Pues acaba de empezar...)

jueves, 6 de septiembre de 2007

Musas

Mientras regresan las más remolonas, recuerdo que me presentaron a algunas este verano.

Iberarte se encargó de que vieran la luz de la red.

http://iberarte.com/content/view/885/1/

martes, 4 de septiembre de 2007

Silencio

- Amor se escribe sin hache, dijo Jardiel, consternado.

- La vida es una Tómbola, aseveró contundente Marisol.

- Para hacer bien el amor hay que venir al sur, no se pudo contener Raffaela.

De este modo la rubia italiana los enmudeció a los dos.

Se hizo el silencio.

Calderón se preguntó y el mismo se respondió: ¿qué es la vida? Un frenesí ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son.

Añado, Casualidad y Suerte.

No sabía Calderón que la mayoría de los sueños se cumplen en el sur.
Cuando reaparece el silencio.

Pues eso.
(Silencio y sueño. Estupor y escozores. Estamos trabajando en ello)

lunes, 3 de septiembre de 2007

Azar se escribe sin hache

Casualidad era la hermana invisible de Suerte, que siempre fue la mayor y la primera en ser consentida. Primogénita a la par que altiva, rubita de rubios rizos, Suerte era la analogía femenina del repelente niño Vicente. Hija siempre digna, de ojos azules y Estrella, de segundo nombre.

Concebida en las alturas, aparecía siempre como caída del cielo. Adelantado tuvo que ser y provocado su fugaz parto. Conocedora de su significado, se conformaba con presentarse como la niña querida de los oscurísimos ojos de su mamá, Sfortuna. Aquella que no le desvelaría jamás quién fue su papá, reservándose para sí misma el eterno secreto de haberlo conocido y amado tan sólo una vez, mecida por el suave viento del Oeste.

La inesperada vástaga menor, Casualidad de sobrenombre incluso Afortunada, fue la última en ser reconocida por su malquerida madre. Esto significó que estuviera la pequeña minusvalorada, como un nebuloso e incómodo segundo plato. Casual y morena se mostró desde el momento en el que vio la Luz Cegadora, la que precede al primer parpadeo.

Nació por cesárea, casualmente. Segundona casualidad no esperada y no por ello menos bella, pese a provenir de un padre distinto al de su hermana. Verdes eran sus vivos ojos, inmensamente verdes. Concebida en el mar, mientras las olas amasaban dos cuerpos que se encontraron sin buscarse, en medio de un océano lejano, salpicado de purpurina de colores. La nena fue para su mamita igual que esa invitada de última hora, de ocasión y saldo, que se unió inconsciente a la cena fría organizada por el galán Imprevisto.

Ambas niñas no tuvieron progenitor, al menos eso les dijeron desde que aprendieron a escuchar a su madre y a los que se empeñaban en hablar de ellas. Sin embargo, crecieron hermosas y ajenas al hecho comprobado de que a sus respectivos creadores nunca los conocerían. Tampoco existía por aquella época un plató televisado con teléfono de aludidos. Ni el Diario de Patricia. Menos mal, con la crueldad de la que puede hacer gala gratuitamente el público por teléfono, sabiéndose escuchado por la mayoría inerte que presencia una sobremesa prestada.

De este modo crecieron las chiquillas, pizpiretas, suspicaces. Rodeadas de amiguitos. Inquietud, Oportunidad y Descuido. Siempre les esperó su problemático tío carnal Futuro Incierto al doblar El filo de lo Imposible. Encadenadas estuvieron desde su nacimiento al Desenlace Mágico. Condenadas a satisfacer impulsos inútiles o decisivos.

Fueron las dos retoñas legítimas de Sfortuna. Ambas primas adoptivas y lejanas de Fatalidad y Albur. Matrimonio éste de pájaros de conveniencia, que a veces se distanciaban por un tiempo, cuando pasaban por allí Los Hados malvados. Vaya pareja, de hecho.
Anonádense, lectores.

To bí continué.
(Vamos, que ‘continuará’)

Ya hemos vuelto. Menudas vacaciones. Lo estamos dando, que no regalando.

Besos para todos y bienvenidos quedan.

Me acuerdo

Me acuerdo de que tengo un blog. Un blog, jolín. No un Tamagochi cualquiera, que podría haber -electrónicamente- fenecido de virtual inanición y letal aburrimiento.

Igual que pudiera haber muerto la voraz sed descifradora de mis cuatro sagaces lectores -más agregados culturales de excepción y becarios. Dios, qué he hecho, a punto he estado de cometer un crimen. Joder.

Yo que no mato a una mosca y me provocan terror las avispas. A un aparatito chinorri de ésos lo habría vilmente asesinado. ¿Se hacen cargo de qué podría haberle pasado a este humilde foro, a esta desasistida terapia?. Lo estoy viendo. Ni despegó, la pobre, dirían las vecinas por las esquinas. Tanta gente en el mundo necesitada de salvación, qué descarado egoísmo.

Lo que tiene que ser terminar una mísera existencia en el último recodo del olvido, donde se esconden las facturas que nos duelen y al lado de los besos que no nos quisieron dar, que también escuecen. Pues, lo peor debe ser. La total indiferencia de la red. Qué mal rollo. Pobrecito mi blog. Lo siento mucho.

No se preocupen. Tranquilos todos. He vuelto. Quedan avisados.

Solo puedo añadir que gracias por venir y disculpen el sopor estival.
Próxima apertura y nuevas aventuras.

Déjenme dormir un poco, que acabo de llegar de Vacaciones en el Mar y estoy que no puedo.
Mañana más, diablillos.

martes, 7 de agosto de 2007

(I) This is The End (en fín.. el fin )

Esto fue todo, amigos. Se acaba. Chim póm. Los Cursos de Verano de El Escorial de la Universidad Complutense cerrarán sus puertas el próximo 10 de agosto, viernes (d.m). ¿Qué hará ahora Berzosa?. Jo. A mí que me da pena penita pena pena. Pelín alivio también, no nos engañemos ni seamos falsos. Ya no queda nada. Tres días y al carajo. Cerramos el chiringuito y se dejarán de servir canutazos refrescantes y llameantes parrillas. Nos iremos algunos de vacaciones. Otros harán que trabajan mientras veranean o veranearán en el trabajo. (Snif). Fundido a negro.
Al principio, todos los campamentos de verano son estimulantes, atrayentes, sugestivos en esencia. Con el transcurso de las semanas (van siete como siete colores, señores) la evidencia de las relaciones laborales y el previsible comportamiento humano, te devuelven a la calma chicha. La verdad sea dicha, todo sucede según lo esperado. Entonces, entiendes que lo importante no es cómo se empieza un campamento de verano, si no a ver quién es el listito que tiene huevos para terminar entero (que no soltero, corneado o hundido).
Llegué a San Lorenzo de El Escorial con dudas, temores y un incipiente dolor de barriga. Éste último totalmente subsanado, gracias. Fue creciendo en mí La Vocación Perdida, esa en la que te escudas cuando tienes 18 años y cuarto y mitad de granos. Y en vez de hacer lo que debes, que es escuchar a los padres, decides prestarle atención a una voz interior, por lo general, afónica, aguardentosa, absurda y tocapelotas. A mi la voz me dijo que me alejara de la Luz y que estudiara Periodismo. Como comprenderán, no puede llevarse la contraria a la Señal. Ni de coña. Al igual que no puedes atravesar la calle cuando está cruzando un autobús repleto de turistas japoneses sacando instantáneas, o bañarte en la piscina después de haberte comido un cochinillo de 5 kilos. Esas cosas.

miércoles, 11 de julio de 2007

"Epicentro"

Nota aclaratoria: No estamos de vacaciones.

La falta de actualizaciones se fundamenta en la inexistencia de tiempo libre; que impide ‘lo que viene siendo’ llevarlas a cabo, escribirlas diariamente.. finalmente.

Además, se debe a que seguimos sin barra espaciadora en el teclado, portátil –que como su propio nombre indica, lo llevamos donde vamos, con virtudes y defectos, como portamos a los hijos cuando son pequeños.. sin remisión.. pues el mío sin espacios.

Este extremo favorece aún más la comunicación retroactiva, -que suena a declaración de la renta negativa.. pero que algún sentido tendrá dentro de este sinsentido.

Lo reconozco, sé que unas cosas (no tiempo/no-barra-espaciadora), no prohíben las otras, pero al igual que el hambre agudiza el ingenio; la falta de tiempo favorece la ausencia de empeño para emprender arduos actos. Resumiendo y reiterando: que no estamos de vacaciones, y añado que, la duda ofende. Para muestra, el Botón. De hecho, el botón se halla en el “Epicentro”. Lean, entiendan, y disfruten.. queridos lectores.

(Reproducción íntegra del artículo “Epicentro” de Antonio Sempere. Publicado en la columna de opinión Visto y Oído, del Diario de Sevilla el lunes 09/07/2007).

Epicentro

Es muy distinto vivir los acontecimientos como lector a hacerlo como mensajero, como testigo de la noticia. A lo largo de esta semana, mientras las televisiones seguían emitiendo su programación veraniega y bajo mínimos, por los cursos de verano de El Escorial han pasado muchos de los responsables de la gestión de las cadenas, directivos, presentadores, editores, los que están delante y detrás de las cámaras, los responsables últimos de que se cuenten las noticias de un modo determinado o de que los programas vayan a unas horas y no a otras.

Mauricio Carlotti abrió las páginas de Comunicación en las principales cabeceras. Y al día siguiente Javier Pons, de TVE, le replicó a través de esa misma tribuna en El Escorial. Gracias a unos profesionales que no pierden detalle acerca de todo lo que ocurre en el epicentro de las aulas. Por eso quiero recordar a los veintitantos compañeros periodistas encargados de cubrir con mimo, a veces partiéndose en tres, todos los foros donde cohabitan invitados de interés. El miércoles me cupo el honor de pronunciar el pregón inaugural en el ciclo de tertulias de la silla de Felipe II. Es una tradición en los gabinetes de prensa la de acudir al final de la jornada a lo alto de la sierra, y charlar sobre todo lo divino y humano a la luz de las estrellas. Una actividad no reglada que permite conocer a los informadores que durante el día se ven obligados a practicar el don de la ubicuidad. Por eso, puedo dar fe de que estamos en muy buenas manos. En el pregón, les deseé lo mejor. Que los cursos sean fructíferos, y que a sus términos hayamos acumulado un bagaje que nos haya hecho mejores personas.

Hoy lunes volverán a encenderse los micrófonos y las cámaras. Canutazos, declaraciones, un titular para el Telediario, muchas notas de agencia. Detrás de todo ello en el epicentro, habrá una veintena de periodistas en quienes confiar.
P.D. Muchas gracias, Antonio.

sábado, 23 de junio de 2007

Campamento laboral. Traslado a El Escorial.

Pasaré las próximas semanas en El Escorial. Me voy a una especie de campamento de verano para especialistas, expertos y personas de mundo. Seré una mera piltrafilla, lo sé. Un insignificante eslabón en la cadena de la información. Pensad en una pasarela luminosa que algunos individuos ilustrados atraviesan con sus maletitas, sus ilusiones, sus conocimientos y sus dudas. Imaginaos un Gran Hermano de intelectuales en el que una servidora podría ser nominada a la primera de cambio, no pasaría ni el casting. Creo que lo que suele decirse en estos casos es que, intentaré ser fuerte - que sé que los míos me esperan fuera, y sobre todo, espero no avergonzarme de la persona que vaya a defenderme en el plató el día de la gala, por favor.

A diferencia de los participantes en estos concursos, considero que estaré bastante a gusto, no tendré que soportar frases tipo ‘pa chulo-chulo-mi-pirulo’ y además aprenderé muchísimo. Al igual que ellos, también estaré con todos los gastos pagados - la pensión completa de toda la vida, y los fines de semana volveré a casa. Dos de ellos me iré de boda, y el resto, pues lo que surja, que es verano.

Preparando las maletas, me llega ahora el vivo recuerdo de aquella extraña sensación, cuando me preparaba para ir a mi primer campamento. El valle del Jerte, en pleno mes de julio. Y veo a aquella niña chica de seis años, con el pelo cortito y la tripa encadenada en un amasijo de temores y de curiosidad. Con un peto vaquero, la fascinación por lo desconocido, y unas ganas increíbles de ver cosas nuevas. Repaso además mi cantimplora con esa funda verde para conservar el agua fría, aquella cámara de fotos con su carrete. El puñetero gorro que me compraron y que nunca me puse, y la melancolía se me agarra justo en la garganta.

Y añoro este momento, por lejano, por inolvidable. El instante en el que mi padre me dio mi primer diario. Con cariño, en una especie de susurro, me dijo ‘para que escribas todo lo que te pasa, todo lo que ves y que nunca se te olvide’.. Ese fue el primero, por eso no puedo dejar de recordarlo tan nítido. Después no pude dejar de escribirlos, vinieron tantos que no me cabían en los cajones, pero en aquella libretita garabateé mi pequeño mundo casi cuando no sabía ni juntar letrajos. Me acuerdo cómo lo escribía todas las noches, cómo contaba lo que había aprendido y lo que echaba de menos a mis padres. Cualquier niño en mi situación habría disfrutado del campamento, y por regla general, yo era un auténtico rabo de lagartija, pero a la semana ya no podía más. Fue un caso rarísimo. Todo terminó en quince días, cuando casi al final, hubo una jornada de visita de padres y yo me largué con los míos. Después de llorar, berrear y decirles que ya había escrito todo lo que tenía que escribir y ya había hecho muchas fotos, que no se preocuparan, yo quería estar con ellos. Más tarde se me pasaría esta morriña, porque a los 12 años me fui a Manchester solita, y tan bien.

Las próximas semanas estaré en El Escorial. Escribiendo, preguntando, curioseando, brujuleando. A lo mejor todo comenzó con aquella libreta y con ella descubrí lo que me gusta escribir, preguntar y curiosear. Lo bueno es que por esto me pagan, como a los de Gran Hermano, aunque haciendo algo más constructivo para la sociedad.

Seguiremos informando.

martes, 19 de junio de 2007

Cierto Desconcierto

De qué se habla cuando no hay nada que decir.
Qué se piensa si no hay tiempo para pararte y escuchar.
En qué se convierte el recuerdo cuando lo cómodo es el olvido.
Por qué el silencio es la única respuesta.

Tú podrás contestar lo que quieras, yo sólo te diré alguna verdad.

Supongo que el mundo sigue su curso y no le inquieta ninguna de estas cuestiones banales.
Adivino que todo sigue sucediendo sin importar demasiado dónde nos vamos a caer.
Seguro que eres el mismo y yo te hubiera confundido con cualquiera que se te parece.
Porque si te agarra Soledad, esa amante malquerida, es cuando te asalta lo vivido.

Este cierto desconcierto.

lunes, 4 de junio de 2007

El veterinario. O lo que no mata…

Sí que era un día precioso aquél.

Las nubes se mantenían en su sitio, el sol polucionado parecía seguir brillando y ningún asteroide amenazaba con mandarnos a todos a Pernambuco. Menos mal. Pese a este idílico comienzo, R’mosa llevaba varios días inerte cual gema en el museo geominero. En un estado semiinconsciente, con los ojos como dos tomates de la huerta murciana y sumida en un mal de amores de los malos. Sólo salía de su madriguera para ingerir algunos alimentos o para visitar el baño, tareas estas necesarias para la supervivencia en familia, y compatibles con sollozos múltiples. Poco más hacía la pobre, a parte de gimotear a menudo y sacar a pasear a veces a su honorable mascota, lar’mosita. Menos mal que tenía a esta perrita, su niña, su tesoro, al menos ella le enseñaría que la vida aunque nos sorprenda, es bella bella.

Pues estaba R’Mosa en su habitación - como casi siempre, pensando en lo horrible de la vida en general y de su destino en los últimos tiempos en particular, cuando le entraron unas ganas irrefrenables de meterse en la cama sólo por el gusto de amanecer cinco días después. De esta guisa estaba: los ojos hinchados - uno de ellos infectado, su pijama de Hello Kity, y otros penosos detalles que no vienen al caso…en fin. Tanto sus circunstancias personales como sus carencias vitales la conducían a irse directa al carajo, pasando antes por la cama.

Mientras en su casa, Mamá M. preparaba la cena y Papá P. -que pasaba por su cuarto, consideró oportuno inducirla al movimiento, arengándola para que saliera de la cama y de paso levantara el país…pero no estaba ella para muchas monsergas. Cuando…oh! en el sopor de un sueño interrumpido, escuchó a su madre desde la cocina gritarle '¡lar’mosita se está comiendo algo raro raaaro!'. ¡lar’mosita parecía estar auto envenenándose con una bolsita de ‘Silica Gel’!. ¡Virgen Santa!. Ante la adversidad, traducida en su persona en un instinto maternal desconocido, un resorte de heroicidad empujó a R’mosa de la cama, sabiendo que de sus movimientos podría depender el futuro de su adorada criatura. Rápidamente, le puso la cadena, cogió su cartilla perruna y se puso unos pantalones –sin cambiarse la parte de arriba de su pijama de Hello Kitty, porque actuó como una madre entregada y preocupada, sabiendo que la vida de su mascota estaba en peligro y pendía de un mini hilo.

Corrió todo lo que pudo correr. Todo lo que pueden correr las personas con las que no querían jugar los demás niños en el colegio, porque su lentitud había quedado demostrada en innumerables horas de recreo. Corrió, buscó la consulta del veterinario de guardia y la encontró, pasando por alto a todas las personas que como ella temían por la integridad de sus animales. Sabía que tenía que actuar con rapidez porque su perra era pequeña y su digestión, por tanto, más corta de cara a un más que probable envenenamiento estomacal.

De repente, R’mosa intenta explicarle acaloradamente todo lo ocurrido a la enfermera cuando la sorprende la visión de un semi dios. Un ser mitológico con una inmaculada bata blanca y un conejito entre los brazos. Pese a que el animalito tenía evidentes molestias y un cucurucho de los que les ponen a los animales para que no se laman las heridas, R’mosa descubre que no deja de ser paradójico que el veterinario de urgencias pueda pasar por actor porno sin problemas..y cae en la cuenta de que ella tiene los ojos como morcillitas, está despeinada, sudorosa, y lleva puesta una camiseta con letras rosas, purpurina y un contundente eslogan: the only way is the pink way…

El veterinario de urgencias, resultó ser un verdadero Dios, un ser supremo. A parte de tener toda la facha de galán, actuó con absoluta honradez médica y humana. De este modo, le expuso la situación a R’mosa, explicándole que iba a cobrarle 100 euros por algo que igual no funcionaba ni sacaba de la muerte a su perrita, puesto que un estómago tan pequeño tardaba en envenenarse menos de lo que podía imaginarse. Después, le dijo que le diera sal hasta que la perra vomitara, y que la observara durante dos horas. A ella no le consoló la penúltima frase que pronunció su adonis ‘si no se muere, está salvada’, porque le pareció de lo más obvia, pero dejó que la sal actuara y un cuarto de Kilo de sal gorda después, lar’mosita estaba salvada.

Atrás quedaron los ojos hinchados y los desvelos. Ahí siguió ella con la infección en su ojo - producto más que probable de la poca higiene y escaso decoro de los monitores de la piscina. Hinchazón ocular que fue una excusa más para que no la dejaran trabajar en su labor de cara al público. Pero la vida se adivinaba bella, porque siempre hay un roto para un descosido. Porque ahora ella tiene un nuevo trabajo: sustituirá al tipo que hace de logotipo del Parque de Atracciones, donde no existen discriminaciones. Porque lo que no te mata… te hace más fuerte.

(Gracias infinitas a los personajes de esta historia, sin los cuales habría sido imposible transcribirla..).

miércoles, 23 de mayo de 2007

¿Adivinan?: ¿un despido.. o un trabajo?

N. de la R. : La Redacción prefiere no pronunciarse por el momento.. hasta que decida si emprende acciones legales al respecto, o hasta que las emprendan contra nosotros.

N. del B. : Tras varias jornadas teniendo que soportar evidentes susceptibilidades - acerca de mi rendimiento en esta santa oficina, he decidido de modo voluntario hacer de mi capa un sayo. Esto es, contarles todo lo ocurrido sin tener que recurrir a medias verdades.. sin tapujos, que dicen en El Tomate-ay-ay-ay-ay. Además, lo haré en varios capítulos como ellos, ya verán lo que esto nos puede dar de sí..
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Sigamos imaginando. Una persona desesperada por un trabajo – o, peor aún, por no perder el que ya tiene, se encuentra con un anuncio de apariencia equívoca en la prensa del domingo. Literalmente, reza así:

BUSCAMOS PROBADORES DE ANILLOS
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Se precisa:
Gente mayor de 18 años, con pasión, atrevimiento
y ganas de probar cosas nuevas.
Se valorará:
Iniciativa, originalidad y compromiso.
Imprescindible:
Experiencia previa.


Después de cerciorarse de que la oferta de empleo ha sido publicada en varios periódicos - de éstos de cierto renombre, el tipo decide aventurarse. En el texto aparece un número de teléfono, y llama. Tras una breve conversación con una encantadora operadora, a la que le facilita sus datos personales y hasta su grupo sanguíneo, la empresa se compromete a llamarle ‘en la menor brevedad posible.. para iniciar el periodo de contacto.. de conocimiento mutuo con la empresa y comenzar el proceso de selección y capacitación’.
De esta accesible forma, ya está seleccionado para la selección de la capacitación.

Cuando vamos a una selección de personal, tan importante como conocer nuestras virtudes es reconocer nuestras propias limitaciones. Si nos pusiéramos en lo peor, con este anuncio y este individuo, ¿qué podría ser lo más execrable?.. pues lo imprescindible. Carecer de experiencia previa. Es decir, nuestro candidato es virgen, animosos lectores. Lo que ocurre es que, en contadas ocasiones, hace milagros. He aquí su limitación y su virtud.

N. para la Redacción: Jefe, esto es lo que puedo entregarle por ahora. Me he metido en el cogollo de la noticia.. podría decirse que soy el origen de la exclusiva - pasando a formar parte de ella sin comerlo ni beberlo, lo que adivino debería darme alguna ventaja. Si le apetece que siga con esta suculenta entrega, mejor hablamos de un aumento – aunque me conformaría con que me pagara el Abono del Transporte. Si no es así, no se preocupe ni se enerve, creo que con este reportaje podría haber encontrado mi verdadera vocación. A la espera de sus noticias, le saluda atentamente su ínclito becario.

lunes, 21 de mayo de 2007

¡Sorpresa, una entrevista! (I) y (II)

N. d. la R.: Reportaje social de investigación - en proceso de revisión (I) y (II). En esta ocasión alguien de nuestra redacción - no queremos decir que es el becario pero ya lo hemos dicho, se ha adentrado en el inhóspito mundo de las entrevistas de trabajo. Le dejamos solo ante la incertidumbre laboral con este sorprendente resultado. Sentimos no poder hacernos responsables de nada de lo dicho y hecho por este individuo. Algunos nombres y características físicas de los protagonistas de esta historia se han cambiado por el bien de su salud mental.
- La Redacción: ponte a buscar trabajo
- El Becario: (..) pero.. si todavía no ha pasado ni el mes de prueb..
- L. R. : te vas a la calle si no me traes 'algo' sobre ofertas de trabajo dudosas
- E. B. : (?)
- L. R. : ¿alguna pregunta?. No puedes quejarte, creo que no te pagamos, ¿no?
- E. B. : ehsíunapreguntita.. ¿se refiere a los anuncios en los que no piden experiencia, se trabaja desde casa y pagan 2.500 al mes?
- L. R. : no
- E. B.: chachi
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Imaginemos. Alguno de ustedes podría quedarse sin trabajo y a muchos nos serviría cualquier empleo si estuviésemos desesperados por trabajar. ¿Me siguen?. (Céntrense en la desesperación, la madre del cordero). Les ponemos al tanto de que hay muchas empresas movidas por su sanguinario afán económico y podrían aprovecharse de nuestra hipotética desazón laboral. Cuidado queridos lectores. Algunas hasta nos ofrecerían puestos dudosos con sospechosas funciones, sirviéndose de nuestras juveniles ganas de comernos el mundo. (N. del B.: A saber, es muy duro quedarse en el paro sin haber tenido antes un contrato.. no estar a la altura de lo que esperan de ti, sucumbir ante las adversidades. Que te echen de un trabajo en el que no cobras más que marrones..).
Sucede que debido a esta mala costumbre que tenemos los humanos de trabajar, es oír la palabra paro y a cualquiera se le erizan los pelos del cogote con un escalofrío de susto. Otros pensarán que desde ese momento las estadísticas se reactivan, e indiscutiblemente serán parte de ellas. Esta fase de ser un número es obligatoria para todo hijo de vecino. Nadie le pregunta ¿quiere usted formar parte de nuestra lista de personas inactivas, desempleadas.. escoria de la sociedad?. Para su propia tranquilidad, no es exactamente así. Aunque sin saber cómo, en alguna parte se desactiva un botoncito - clonk, y se enciende en otro lugar - click. Directo y sin transbordos. Se pasa del modo 'On' al modo 'Off'.. y podrán entonces cagarse con criterio - en quien corresponda, cuando vuelvan a dar las cifras del desempleo en España. Sólo escucharán 'click-clonk'. O lo que es lo mismo, un cerebro inactivo. 'Clonk'.
Les dejo en el aire esta pregunta flotante: ¿Habrá vida después del paro?.
N. para La Redacción: Partiendo de la premisa de la desesperación y las nefastas consecuencias del paro en la vida de las personas, le dejo con el adelanto de la segunda entrega de este reportaje. Traerá miga, jefe. Se trata de esta foto que le he adjuntado. Va a ver como no voy a defraudarle. La historia es buena, realmente buena, pero siento comunicarle que no he tenido tiempo de escribir más, he tenido el día muy liado. Ya sé que no parece una buena excusa cuando pasas 14 horas diarias metido en la redacción (lo que me ha hecho replantearme muchas cosas). Le prometo que merecerá la pena cuando termine de darle forma, aunque le confieso que he tenido algo de suerte. Encontré esta oferta de trabajo altamente dudosa (la del centro) en otro periódico que no es el suyo el domingo y el resto fue casi casi rodado.

jueves, 17 de mayo de 2007

¿Quién te quiere a tí?

(meet-iendobaza.com)

N. de la R. : Estos hechos no tienen por qué estar necesariamente relacionados con La Verdad. Con ninguna verdad. De hecho, piensen que cualquier coincidencia con el mundo que les rodea podría ser simbólica y, en realidad, nos asustaría que se produjera..

Vamos a contarles una historia de Amor, bueno.. de Desamor, o, de llámenlo X - de Expediente..de Factor. Esta historia es quizás menos real que muchos cuentos, tal vez más ilustrativa que cualquier fábula. No pretendemos que extraigan una maldita moraleja que para eso ya están los libros de Autoayuda, Paulo Coelho – y los millones de euros que ganan esgrimiendo solidariamente la noble causa de la felicidad mundial. Tan sólo agradeceríamos que pasaran el rato y que disfrutaran de la lectura.
Les prevenimos de que La Redacción no se hace responsable ni de las similitudes, ni de los agravios comparativos, puesto que la mente es libre y las palabras no tendrían por qué ser menos. Y más vale prevenir que curar, que dijera el siempre afable y Dr. Bartolomé Beltrán - visualicen queridos su fluorada sonrisa y entenderán este calificativo hacia su docta persona.

Introduciremos el tema destacando una obviedad: todo el mundo busca el Amor - gran palabra, tanto como sólo pueden serlo los conceptos inconexos. Un Ente también conocido como la Media Naranja, el Ying - si son ustedes el Yang, o.. el Café - si son ustedes la Leche y adoran el Café con Leche. Según hemos podido saber, y tras recopilar infinidad de aburridos datos y soporíferas estadísticas, hay gente que dice que ya lo ha encontrado mientras que otros se conforman con su búsqueda insaciable - bien mirado esto puede ocasionarles hasta más satisfacciones que el mismito Amor.

Buscar, buscar y buscar. Ya saben; quien algo busca corre el riesgo de encontrárselo y para escudriñar - que no diñar, al Amor hay infinitas posibilidades. Teniendo la certeza de que la opción más adecuada sería buscarlo en el diccionario - el de la RAE les valdría para este menester, algunos se empeñan en transformar las definiciones en hechos concretos - así de tontos somos los humanos y eso que se ahorran nuestros amigos los animales..

Queridos lectores, pues además de en las enciclopedias y en google, pueden escrutar el Amor en los bares, entre otras posibles y válidas localizaciones. Sabemos que les suena de algo: aquello de litros de alcohol corriendo por sus venas y facilitando las interacciones con el resto de los humanos que se presten a ello – sobre todo para aquellas personas a las que no les interesen las mascotas como concepto de vida en pareja. También pueden saciar ustedes su sed amorosa en las bibliotecas, si lo que desean es un amor intelectual y leído – que levante la mano el que no haya flirteado en un lugar concebido en un principio para el desarrollo de la mente.. pero deben conocer una verdad tan grande como el templo de Debod: muchas personas buscan el amor en la Red, lo que viene siendo Internet. Sí sí sí. Mal que nos pese amigos, lo que ya cantaran los visionarios extremeños de Tam Tam Go con el hit del verano del 99 ‘te di todo mi amor arroba-rró punto com’, es hoy en día más real que la presencia de la Pantoja dentro del sumario de la Operación Malaya, sorpresas nos da la vida.

Existen infinidad de portales dedicados a la siembra y posterior cultivo del Amor y no seremos nosotros los que les brindemos aún más publicidad de la derivada del ‘boca a oído’. Sus iluminados creadores se frotan las manos debido al espectacular éxito basado en la innegable capacidad de abstracción de algunos humanoides - que consiguen imaginarse (de imaginación) a la persona con la que hablan/chatean con pocas pistas y mucha ilusión, casi casi como con el Combo de la ONCE. Pero hay algunas reglas básicas que deberían conocer para el óptimo funcionamiento/rendimiento de estos lugares de ligoteo internauta y para ello nos serviremos de una carta enviada a esta redacción y remitida por una persona que creyó encontrar algo parecido al amor en el ciberespacio. Más adelante se darán cuenta de que no es oro todo lo que reluce y que por supuesto hay mucho cardo borriquero en el monte al que se puede confundir con orégano. Extraeremos los párrafos que mejor ilustran un desengaño en la red de redes. Lo que ha unido un chat, como comprobarán a continuación, puede venirse abajo con una simple mirada, o una mal lograda ironía:
“(...) mi intención no era exactamente la de buscar mi media naranja, vamos, ni siquiera un gajo de mandarina, además soy alérgica a los cítricos (...) tan sólo quería conocer gente nueva, lo típico, ¿no?, ampliar mi círculo de amistades, descubrir un mundo de posibilidades y.. blablablá, echar un polvo, qué narices, eso es al final lo que buscamos todos por mucho que nos las queramos dar de románticos (...) en el universo insondable del chat decidí actuar bajo el seudónimo de ‘conejitolindo’ (no me negarán mi astucia, nada mejor para llamar la atención de posibles pretendiente que un nick que despertara la curiosidad de potenciales zanahorias). Como era previsible, con este nombre no tardaron en llegarme los mensajes. Todos querían saber el por qué de mi apodo (sí, a los hombres les encanta hacerse los tontos también por internet, creen que resulta enternecedor, yo descubrí hasta qué punto puede llegar a ser patético). Además, para ayudarme en mi selección de los candidatos decidí colgar en mi perfil una foto que ilustraba claramente mis intenciones (esto es, un posado/robado a medio camino entre la insinuante niña María Isabel y la Leyla fatal de Clapton) el éxito, por tanto, estaba casi asegurado.
Entonces apareció ÉL. Encantador, educado, ocurrente, sensible, inteligente, además de músico, con lo que a mi me ponen los músicos (...). Mi estrategia consistió en hacerme la interesante, la dura, la inaccesible (craso error, el mal ya estaba hecho, es más, lo pedía a gritos mi nombre, lo demandaba desesperadamente mi sutil mote) (...). Tonteábamos, nos interesábamos el uno por el otro, nos enviábamos fotos. También nos reíamos, era total. Hasta que me dijo que había Otra y fue entonces cuando se activaron mis sensores, el instante en el que de verdad empezó a parecerme irresistible porque se las llevaba de calle, así era mi galán, un crack de los emoticonos (...).
Decidí que había llegado el momento de que nos conociéramos las caras en el mundo real y se lo hice saber, sorprendiéndome tanto por su disponibilidad absoluta como por el hecho de que estuviera siempre conectado.. ‘es mi trabajo’, me decía él..‘qué entrega más grande, qué amor’, me consolaba yo (...). Pero por desgracia, nunca tendremos una segunda oportunidad para causar una primera impresión. Les confieso que jamás me habría fijado en él en ningún garito, ni local de copas, ni similar. Ni ebria, ni sobria..ni de coña. Decididamente no era mi tipo, pero no quise prejuzgarle por su aspecto y en lugar de salir despavorida por la Gran Vía al grito de maricón el último, me tomé unas cañas con él. Claro, cada vez lo veía menos feo, más ocurrente dentro de su innato sosísmo, convenciéndome de que podía tener su aquel, sólo tenía que descubrirlo(...). La química no existió jamás de eso estoy segura, porque eso lo notas o no, y yo veía a un tío con una pantalla de ordenador por cabeza, callado y con un miedo patológico a los ambientes con gente viva (he de admitir que desconozco su desenvoltura en un ZOO) en los que yo me muevo tan bien (...). En el segundo bar y sin ningún tipo de señal, ni advertencia, ni pista, ni neón luminoso tipo flecha apuntándome a la cabeza: ¡me besó!. Mi boca se estrujó violentamente, claramente sorprendida por este arranque de pasión tan impropio en una mente milimetrada como la suya, pero la carne es débil y en el segundo beso, me dejé llevar (...). Reitero que formaba parte de mi desesperación en esta búsqueda mía del santo Grial, o, llamemos a las cosas por su nombre: el santo Polvo.
Tras esa primera cita seguimos chateando, pero ya no era lo mismo, él había perdido claramente el interés por mí (...). La segunda cita fue la definitiva por ser la última. Quedamos para ver una película, llegó media hora tarde y me pidió en un SMS que fuera sacando las entradas (...). Fuimos a ver un film en V.O. que resultó ser en danés o croata, un idioma raro que yo no entendí, pero bueno, conseguí leer los subtítulos más o menos a tiempo, a pesar de tener una resaca del quince y de apetecerme tanto ir al cine como morir carbonizada (...). A la salida lo noté raro, más callado de lo normal (que ya era bastante anormal) y mi intuición femenina pese a carecer de neuronas debido a la fiesta del día anterior me hizo percibir que algo no marchaba. Le pregunté y me respondió que quizás no tendríamos que haber quedado, que él en realidad lo había hecho por mí (pensaría el inocente de él que haciéndome un gran favor) y que había una chica a la que no quería hacerle daño (obviamente esa no era yo, era la Otra). Sonreí, acepté el rechazo y la consiguiente pérdida de tiempo y dinero, no sin antes tomarme la libertad de aconsejarle que si había conocido a alguien que merecía la pena a lo primero que tendría que renunciar era a chatear con otras, que era un ansioso (que lo es). Amablemente se ofreció a acompañarme a casa, y educadamente le contesté que ya era mayorcita, y que se quedara tranquilo, que en realidad él tampoco era el hombre de mi vida, de eso era de lo único que estaba segura y también de que tengo muchos amigos como para no necesitar que él fuera uno de ellos (...).
Les confieso que no ha estado mal como experiencia. A partir de ahora andaré con pies de plomo y no me creeré ni la mitad de lo que me susurren chateando personas que probablemente tengan problemas con su entorno, les den miedo las personas o no tengan el valor de salir a buscar el amor, o lo que coño sea fuera de su ordenador. Además, a Dios pongo por testigo que jamás volveré a quedar un martes, porque si hay algo que me fastidia incluso más que el rechazo de un julay que ni siquiera me interesaba, es haberme perdido dos episodios de la nueva temporada de House. Es por este motivo que he de proclamar a los cuatro vientos que aunque existan mujeres ilusionadas con hombres portadores de numerosas cualidades, una humilde servidora se conforma con aquellos que tengan una buena...SONRISA, puesto que para hacerte el interesante y poder resultar atractivo (a la par que seductor) con una media-sonrisa-desganá, ya existe Gregory House. Él, amigas, créanme, sí es un HOMBRE con todas las letras, un borde cínico embaucador y no estos aprendices frikis de amantes bandidos que pululan por la red. Pero, claro, él sólo sale por la pequeña pantalla en una serie..los martes, y yo le he sido infiel dos días.. pa ná”.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Los Peritos y una de las caras de Bélmez

Aquí estoy. Esperando atentamente la llamada de Los Peritos (no confundir con perritos). Me refiero a ésas personas que trabajan para una compañía de saqueos (también conocidas como aseguradoras) y cuyo trabajo consiste en hacerse los tontos a la hora de pagar, es un poner, ciertos arreglillos motivados por la propia convivencia. Los señores Técnicos del CSI (Casitas Siniestradas e Inundadas), los que van al meollo de los marrones totales, y que tras explorar el terreno pretenden que tú sufragues los gastos de la investigación o desenlace, todavía no han aparecido por la vivienda en crisis. Oséase, la mía en alquiler. Les pondré en antecedentes.
Hace meses que convivimos con una gotera que se asoma desafiante por la fachada exterior del edificio. Hecho que ha inquietado a esta comunidad de viejunos, digo, vecinos. Ésos seres detallistas, que al tener una media de 68 años y una jubilación por delante, disponen de mucho tiempo libre. Tanto, que les da para comprar el periódico, el pan, darse paseos y sentarse en los banquitos a mirar fijamente para comparar el estado de las paredes ajenas y propias, como el que cuida a los nietos que se han dormido la siesta.
Como era de esperar, una avanzadilla de este vecindario sagaz nos comentó que la eventualidad en forma de humedad se percibía (más concretamente) por la parte de la vivienda que da a nuestra bañera. Todos se mostraron interesados con el acontecimiento que asolaba a los tabiques. Parece una cara de Bélmez, aseguraban con la mano en el pecho unos. Los hay con suerte, suspiraban otros.
Mientras yo quedo a la espera de la llegada de los técnicos, la tapia se ha convertido en el foco de atracción de las miradas de los pensionistas del barrio. La gotera sigue creciendo y en la próxima reunión de la comunidad vamos a ver que nombre le ponemos al fenómeno. Gran putada es el primero que se me viene a la mente.