lunes, 4 de junio de 2007

El veterinario. O lo que no mata…

Sí que era un día precioso aquél.

Las nubes se mantenían en su sitio, el sol polucionado parecía seguir brillando y ningún asteroide amenazaba con mandarnos a todos a Pernambuco. Menos mal. Pese a este idílico comienzo, R’mosa llevaba varios días inerte cual gema en el museo geominero. En un estado semiinconsciente, con los ojos como dos tomates de la huerta murciana y sumida en un mal de amores de los malos. Sólo salía de su madriguera para ingerir algunos alimentos o para visitar el baño, tareas estas necesarias para la supervivencia en familia, y compatibles con sollozos múltiples. Poco más hacía la pobre, a parte de gimotear a menudo y sacar a pasear a veces a su honorable mascota, lar’mosita. Menos mal que tenía a esta perrita, su niña, su tesoro, al menos ella le enseñaría que la vida aunque nos sorprenda, es bella bella.

Pues estaba R’Mosa en su habitación - como casi siempre, pensando en lo horrible de la vida en general y de su destino en los últimos tiempos en particular, cuando le entraron unas ganas irrefrenables de meterse en la cama sólo por el gusto de amanecer cinco días después. De esta guisa estaba: los ojos hinchados - uno de ellos infectado, su pijama de Hello Kity, y otros penosos detalles que no vienen al caso…en fin. Tanto sus circunstancias personales como sus carencias vitales la conducían a irse directa al carajo, pasando antes por la cama.

Mientras en su casa, Mamá M. preparaba la cena y Papá P. -que pasaba por su cuarto, consideró oportuno inducirla al movimiento, arengándola para que saliera de la cama y de paso levantara el país…pero no estaba ella para muchas monsergas. Cuando…oh! en el sopor de un sueño interrumpido, escuchó a su madre desde la cocina gritarle '¡lar’mosita se está comiendo algo raro raaaro!'. ¡lar’mosita parecía estar auto envenenándose con una bolsita de ‘Silica Gel’!. ¡Virgen Santa!. Ante la adversidad, traducida en su persona en un instinto maternal desconocido, un resorte de heroicidad empujó a R’mosa de la cama, sabiendo que de sus movimientos podría depender el futuro de su adorada criatura. Rápidamente, le puso la cadena, cogió su cartilla perruna y se puso unos pantalones –sin cambiarse la parte de arriba de su pijama de Hello Kitty, porque actuó como una madre entregada y preocupada, sabiendo que la vida de su mascota estaba en peligro y pendía de un mini hilo.

Corrió todo lo que pudo correr. Todo lo que pueden correr las personas con las que no querían jugar los demás niños en el colegio, porque su lentitud había quedado demostrada en innumerables horas de recreo. Corrió, buscó la consulta del veterinario de guardia y la encontró, pasando por alto a todas las personas que como ella temían por la integridad de sus animales. Sabía que tenía que actuar con rapidez porque su perra era pequeña y su digestión, por tanto, más corta de cara a un más que probable envenenamiento estomacal.

De repente, R’mosa intenta explicarle acaloradamente todo lo ocurrido a la enfermera cuando la sorprende la visión de un semi dios. Un ser mitológico con una inmaculada bata blanca y un conejito entre los brazos. Pese a que el animalito tenía evidentes molestias y un cucurucho de los que les ponen a los animales para que no se laman las heridas, R’mosa descubre que no deja de ser paradójico que el veterinario de urgencias pueda pasar por actor porno sin problemas..y cae en la cuenta de que ella tiene los ojos como morcillitas, está despeinada, sudorosa, y lleva puesta una camiseta con letras rosas, purpurina y un contundente eslogan: the only way is the pink way…

El veterinario de urgencias, resultó ser un verdadero Dios, un ser supremo. A parte de tener toda la facha de galán, actuó con absoluta honradez médica y humana. De este modo, le expuso la situación a R’mosa, explicándole que iba a cobrarle 100 euros por algo que igual no funcionaba ni sacaba de la muerte a su perrita, puesto que un estómago tan pequeño tardaba en envenenarse menos de lo que podía imaginarse. Después, le dijo que le diera sal hasta que la perra vomitara, y que la observara durante dos horas. A ella no le consoló la penúltima frase que pronunció su adonis ‘si no se muere, está salvada’, porque le pareció de lo más obvia, pero dejó que la sal actuara y un cuarto de Kilo de sal gorda después, lar’mosita estaba salvada.

Atrás quedaron los ojos hinchados y los desvelos. Ahí siguió ella con la infección en su ojo - producto más que probable de la poca higiene y escaso decoro de los monitores de la piscina. Hinchazón ocular que fue una excusa más para que no la dejaran trabajar en su labor de cara al público. Pero la vida se adivinaba bella, porque siempre hay un roto para un descosido. Porque ahora ella tiene un nuevo trabajo: sustituirá al tipo que hace de logotipo del Parque de Atracciones, donde no existen discriminaciones. Porque lo que no te mata… te hace más fuerte.

(Gracias infinitas a los personajes de esta historia, sin los cuales habría sido imposible transcribirla..).

6 comentarios:

Nootka dijo...

Fantástica história, en la que yo, Nootka, me veo reflejada, pues es tan alto el amor hacia mi perrita como el de la heroina de esta historia. Si cabe.
Y me acuerdo de aquel día que se perdió y llamé con la voz rota por el llanto a todas las perreras municipales, y a todos los veterinarios de urgencias. Y el día que parió a sus vástagos, o a sus hermanijos, productos de una relación tan incestuosa y mítica como la de Edipo y Yocasta.¡¡¡ Ay, mi perri, cuanto la quiero!!!

Anónimo dijo...

Uy... me has tocado la fibra. Yo también tengo un yorkshire (Bitxo, se llama) y lo cierto es que son tan adorables que no sé qué me pasaría si le pasara algo. Tiene 14 meses y lo tenemos desde los 6. Yo no había tenido nunca perro ni quería pero cedí por mi marido, que los adora. Ahora soy una más de la causa perruna, entregada total. Piensa que tú la salvaste a ella pero ella te salva todos los días. Al menos a mí así me lo parece.

P.D: me alegro que se te haya arreglado la barra espaciadora y gracias por aquel comentario en mi blog. Fue básicamente alentador.

UN SALUDO

Unknown dijo...

WEEEEEEEEEE ARTISTA!!!!!!!!!!!!!!ERES LA MEJOR!!!!!!!!!!!!!!

Unknown dijo...

PD:Se me olvidaba,echale un ojo a éste blog que te vas a partir!!!tia que ganas de verte!!
http://www.popyb.blogspot.com/

Anónimo dijo...

DESDE ESCOCIA ...

Que tal andas, R'mosa! Desde las tierras altas te mando recuerdos Scottish. Este Post me ha recordado a esos Scottish Terrier impresos en un posavasos. Cuenta la historia, que un perro llamado Bob velo la muerte de su amo durante mas de diez anos; los vecinos lo cuidaron, y alabaron su devocion tal, que hoy hay erigido en su nombre una tumba y un cementerio. Pues eso!, que la cosa va de perros! y que la fe es un don elogiado por muchos y practicado por muy pocos! Pues si! que la cosa de perros! que yo me paso el dia perreando (con fe, doy fe!) porque no encuentro curro. A lo mejor me alojo sin alhajas en un flat de lo menos lujoso.... Te mantendre informada, sere fiel a mis palabras....

Tiernos ladridos ....
NAYRA.

González dijo...

Queridas..

Nootka, vigila a tu perrita guapa, que no te de los sustos que comentamos.. estos sinsabores de madres coraje de vida ajetreada y paseos perrunos, pero qué haríamos sin ellos.

Pilix, gracias por acercarte a esta terapia. Es un placer recibirte. Bienvenida. Ponte tan cómoda como si estuvieras en tu casa y por supuesto, tráete cuando quieras a Bitxo, que le vamos a sacar hasta novia. De nada, mujer. Se agradece saber que a veces puedo ser alentadora.. :)

Virginia, tú si que eres una artista. Tu perro Kiko es simplemente Dios reencarnado in a little can. Qué crack, cómo su dueña. Nos vemos más pronto que tarde, pero va a ser más tarde de lo que pensaba, me voy al Escorial Summer Campament, como el Summercase, pero en un plan más cultito.

A la anónima de Escocia le voy a dar pal pelo!!!, que se le ha olvidado que tiene un blog en 90 Caroline Terrace, y unas amigas que necesitan saber de ella. Nayra!, que no tenemos ni tu dirección. A ti te diré que eres una verdadera perra, por tenernos tan desinfomadas, más te vale ser fiel a tus palabras, o estarás condenada a no encontrar nunca un trabajo.

Besos para todas.