*Décimo día de confinamiento: ya lo sabes,
pero quédate dentro.
Pues sola, ¿cómo si no me iba a levantar?
Bueno, hoy dí un respingo a eso de las 8. He de reconocerlo, la perspectiva de
hacer gimnasia en el salón con mi madre y el maromo de la 2, me intrigaba
poderosamente. De ahí la inquietud.
Iniciamos el desayuno. Me tomo el café en
la terraza, ojeo el móvil, cigarrito, unas notas en la libreta y me visto. Hoy
no me da tiempo a saludar al sol. Le hago un levantamiento rápido de cejas, así por encima, porque hace una rasca y un aire curiosos.
Me surge la duda, ¿deportivas o zapatillas
de estar por casa? Total, por lo que pude intuir de la clase de ayer tampoco es
que se eslomen. ¿Me tendría que poner sujetador? Quita, déjalo. Veremos a ver
cómo sale el invento. Mi madre pizpireta me da la esterilla y un pañuelo ‘toma
gorda, esto para la clase, venga vamos, que empieza ya’
Desde el suelo la tele se ve regular. Ella
toma la posición perfecta para poder seguir al muchacho, no sin antes marcar su
territorio ‘échate pa´lla, no me quites la visión, hijaaa’ Pero yo me coloco
enfrente del muchacho, con medio sofá de por medio, como cuando veía de
quinceañera las pelis de Chris O'Donell.
El aguerrido maromo de la 2 se llama Césc,
asento catalán. Yo me acomodo como puedo en la esterilla, pero la verdad es que
se ve un mojón. Empezamos. Estiramientos, abdominales, vamos a buen ritmo.
Seguimos otro ratito. Estiramientos finales y chim pon.
Después de la clase, recreo en la terraza.
Sorpresa, señora madre ha usurpado mi sitio. Como sapo panza arriba recibe los
rayos de sol en mi lugar. Ni qué decir tiene que ha hecho caso omiso a mis
ruegos de 'levanta el culo mami, que ese es mi sitio' Nada, ella repanchingá con
las gafas de sol '¿y eso quién lo dice? Así que, sin olvidar que Césc le enseñó
ayer a dar puños como panes a mi madre, he preferido pasar palabra. Total, yo
que huyo del conflicto, he huído a la cocina.
*Actualizamos, porque han pasado cosas, y
también por petición popular. Sí, habéis leído bien. Nos lo han sugerido dos
personas y mi madre, ojito. Parece ser que las lectoras quieren saber qué
hacemos por las tardes, a qué dedicamos las horas que preceden al crepúsculo. Muy
bonito todo pero, en otras palabras, queréis cotillear, que os conozco. Pues
bien, os daré de lo vuestro.
Después de comer, descanso un rato viendo
la tele. A pesar de haber dormido esta noche de un tirón, cierro los ojos y
entro en una especie de duermevela. Suenan a lo lejos los ruidos de los vecinos
de arriba, una pareja de nonagenarios que tiene muy a gala mover sus muebles
justo a la hora del tiempo de Brasero. Ah, y aplaudir a las 10 de la noche
porque ellos lo valen y, pobres, andan un poco justos de oído.
Me levanto del sillón. Venga, me echo un
cafetito y a la terraza. Me llevo la libreta y un libro, uno que me encantó
cuando lo leí por primera vez, ‘La elegancia del erizo’ de Muriel Barbery. Me
dura muy poco el momento intelectual. Está visto que hoy no me dejan tranquila
en mi despacho. Una paloma del tamaño de un mapache se posa en la barandilla.
La barandilla se balancea. La paloma se balancea. Yo la miro desafiante con un gesto
ridículo. Ella pasa de mi y mira para otro lado. Tras un breve encuentro se
pira, no sin cierta dificultad debido a su ligero sobrepeso. Pero, al
despedirse, me cago en su madre palomitera: con el revoloteo de alas acabo de
verterme el café en la sudadera.
Bueno, me recompongo. Ya pondremos una
lavadora. Cojo la libreta y el lápiz. Escribo un ratito. Más tarde voy a ver un
tutorial de pilates para lisiados, mis cervicales no están para muchos trotes.
También voy a intentar ver una obra de teatro y tengo que darme una ducha antes
de los aplausos. Sí, hoy he decidido ponerme guapa, adecentarme, quitarme las
gafas y el chándal. Nunca se sabe cuándo puede surgir una videollamada.
Ahora sí, seguiremos informando. Cuídense
mucho, por favor.
*La banda sonora de hoy la pone Olé Olé, SOLA (pinchen en el enlace)
11 comentarios:
Fascinada me hallo!! Si es que los días en cuarentena dan para mucho... Síguenos contando, es un placer leerte. Abrazos
El teclado, la libreta y el boli son tus mejores armas para el confinamiento. Mientras no saludes al sol haciendo una peineta, todo está bien. Un abrazo
Jajajaja Muchas gracias mi niña!!😘😘😘
Jajajaja me encanta la metáfora!peinetas al sol no😂 besazo enorme 😘
Me encanta este blog por su riqueza en la realidad del día a día creo que tienes una creatividad literaria muy interesante y buenas aptitudes para la escritura.Me encanta.
Muchas gracias Lolita!!😘😘😘
Amiga Chispi, debes por favor escribir todos los días. Para mi es muy importante leer tu lectura a diario. Me lo voy a poner de obligación deseosa. Como siempre te quiere... Maria Escudero
Jeje ! Muy bueno Chispi , as always! Sigue escribiendo porque me encanta leerte. Besos, querida
Muchas gracias amiguita 😘😘😘
Lo haré, Chunli😘😘😘
Pero q bien escribes amiga.
Si no fuera por estos ratito.
Cuidate mucho
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