martes, 24 de marzo de 2020

Hola, ¿estás sola?

*Décimo día de confinamiento: ya lo sabes, pero quédate dentro.

Pues sola, ¿cómo si no me iba a levantar? Bueno, hoy dí un respingo a eso de las 8. He de reconocerlo, la perspectiva de hacer gimnasia en el salón con mi madre y el maromo de la 2, me intrigaba poderosamente. De ahí la inquietud.

Iniciamos el desayuno. Me tomo el café en la terraza, ojeo el móvil, cigarrito, unas notas en la libreta y me visto. Hoy no me da tiempo a saludar al sol. Le hago un levantamiento rápido de cejas, así por encima, porque hace una rasca y un aire curiosos.

Me surge la duda, ¿deportivas o zapatillas de estar por casa? Total, por lo que pude intuir de la clase de ayer tampoco es que se eslomen. ¿Me tendría que poner sujetador? Quita, déjalo. Veremos a ver cómo sale el invento. Mi madre pizpireta me da la esterilla y un pañuelo ‘toma gorda, esto para la clase, venga vamos, que empieza ya’

Desde el suelo la tele se ve regular. Ella toma la posición perfecta para poder seguir al muchacho, no sin antes marcar su territorio ‘échate pa´lla, no me quites la visión, hijaaa’ Pero yo me coloco enfrente del muchacho, con medio sofá de por medio, como cuando veía de quinceañera las pelis de Chris O'Donell. 

El aguerrido maromo de la 2 se llama Césc, asento catalán. Yo me acomodo como puedo en la esterilla, pero la verdad es que se ve un mojón. Empezamos. Estiramientos, abdominales, vamos a buen ritmo. Seguimos otro ratito. Estiramientos finales y chim pon.

Después de la clase, recreo en la terraza. Sorpresa, señora madre ha usurpado mi sitio. Como sapo panza arriba recibe los rayos de sol en mi lugar. Ni qué decir tiene que ha hecho caso omiso a mis ruegos de 'levanta el culo mami, que ese es mi sitio' Nada, ella repanchingá con las gafas de sol '¿y eso quién lo dice? Así que, sin olvidar que Césc le enseñó ayer a dar puños como panes a mi madre, he preferido pasar palabra. Total, yo que huyo del conflicto, he huído a la cocina.

*Actualizamos, porque han pasado cosas, y también por petición popular. Sí, habéis leído bien. Nos lo han sugerido dos personas y mi madre, ojito. Parece ser que las lectoras quieren saber qué hacemos por las tardes, a qué dedicamos las horas que preceden al crepúsculo. Muy bonito todo pero, en otras palabras, queréis cotillear, que os conozco. Pues bien, os daré de lo vuestro.

Después de comer, descanso un rato viendo la tele. A pesar de haber dormido esta noche de un tirón, cierro los ojos y entro en una especie de duermevela. Suenan a lo lejos los ruidos de los vecinos de arriba, una pareja de nonagenarios que tiene muy a gala mover sus muebles justo a la hora del tiempo de Brasero. Ah, y aplaudir a las 10 de la noche porque ellos lo valen y, pobres, andan un poco justos de oído.

Me levanto del sillón. Venga, me echo un cafetito y a la terraza. Me llevo la libreta y un libro, uno que me encantó cuando lo leí por primera vez, ‘La elegancia del erizo’ de Muriel Barbery. Me dura muy poco el momento intelectual. Está visto que hoy no me dejan tranquila en mi despacho. Una paloma del tamaño de un mapache se posa en la barandilla. La barandilla se balancea. La paloma se balancea. Yo la miro desafiante con un gesto ridículo. Ella pasa de mi y mira para otro lado. Tras un breve encuentro se pira, no sin cierta dificultad debido a su ligero sobrepeso. Pero, al despedirse, me cago en su madre palomitera: con el revoloteo de alas acabo de verterme el café en la sudadera.

Bueno, me recompongo. Ya pondremos una lavadora. Cojo la libreta y el lápiz. Escribo un ratito. Más tarde voy a ver un tutorial de pilates para lisiados, mis cervicales no están para muchos trotes. También voy a intentar ver una obra de teatro y tengo que darme una ducha antes de los aplausos. Sí, hoy he decidido ponerme guapa, adecentarme, quitarme las gafas y el chándal. Nunca se sabe cuándo puede surgir una videollamada.

Ahora sí, seguiremos informando. Cuídense mucho, por favor.

*La banda sonora de hoy la pone Olé Olé, SOLA (pinchen en el enlace)


11 comentarios:

Mon dijo...

Fascinada me hallo!! Si es que los días en cuarentena dan para mucho... Síguenos contando, es un placer leerte. Abrazos

Anónimo dijo...

El teclado, la libreta y el boli son tus mejores armas para el confinamiento. Mientras no saludes al sol haciendo una peineta, todo está bien. Un abrazo

González dijo...

Jajajaja Muchas gracias mi niña!!😘😘😘

González dijo...

Jajajaja me encanta la metáfora!peinetas al sol no😂 besazo enorme 😘

Lolita dijo...

Me encanta este blog por su riqueza en la realidad del día a día creo que tienes una creatividad literaria muy interesante y buenas aptitudes para la escritura.Me encanta.

González dijo...

Muchas gracias Lolita!!😘😘😘

Unknown dijo...

Amiga Chispi, debes por favor escribir todos los días. Para mi es muy importante leer tu lectura a diario. Me lo voy a poner de obligación deseosa. Como siempre te quiere... Maria Escudero

Nootka dijo...

Jeje ! Muy bueno Chispi , as always! Sigue escribiendo porque me encanta leerte. Besos, querida

González dijo...

Muchas gracias amiguita 😘😘😘

González dijo...

Lo haré, Chunli😘😘😘

Unknown dijo...

Pero q bien escribes amiga.
Si no fuera por estos ratito.
Cuidate mucho