viernes, 27 de marzo de 2020

Las cosas que nunca te dije

*Décimo tercer día de confinamiento: si no lo digo reviento, ¡¡¡VIERNEEEEEES!!!

Hoy me he levantado melancólica. Así, de primeras. Como en una canción de Luis Miguel… no se tuuuu, pero yooooo no dejo de pensaaaaar. Me veo ‘insuflada con un soplo de sierta nostalgia felís’ (híjoles, léase con asento mejicano, para darle un toque telenovelero a la narrasión) Total, me encuentro yo con el ánimo de esos días que dices: estoy ‘encendíapagá’. Pero que no cunda el pánico, todavía me soporto. Venga pa’rriba, ¡¡vierneeeeeees!!

Salgo a mi despacho y me tomo el café. Hace pelete, es temprano. Me pongo el abrigo, por si las moscas. Tengo que estar pendiente, no puedo soplarme la clase. Además he visto que toca samba. Esto va a estar entretenido. Bueno, siguiendo la corriente iniciada ayer por SM, me planto las zapatillas con el pijama. Ella me lo explicó bien claro, ‘después echas a lavar el pijama, y aquí paz y luego ponemos la lavadora’. Asiento admirada, pero todo dentro de la más absoluta comodidad de este casual look: fitness at home, como si quieres hacerlo en camisón.

La clase empieza con ritmo, al principio suave, para calentar. Madre llega tarde y le meto prisa desde el salón, ‘mamaaaaaaa hay sambaaaaa’ y la escucho nerviosa en su habitación ‘ayyy, samba, sambaaaaaaa’. Es un hecho, nuestro cuerpo pide samba. Todo empieza muy bien, hasta que Césc empieza a meternos caña con unos ejercicios más durillos. Mi madre se rebela, ‘¡¡¡pero bueno, muchacho, cómo vas tan rápido, así no se puede, no me da tiempo a hacerlo, Chés!!!’. Después de rebautizar al profesor, prosigue el drama.

Indignada, madre intenta seguir el ritmo, conteniendo abdominales y haciendo sentadillas. En ese momento de sufrimiento máximo, Césc dice entre sonrisas algo parecido a ‘venga, que mañana vais a acordaros de mi, veréis qué agujetas’. Madre explota. Hasta aquí podíamos llegar. Se gira hacia la tele con ademán de suficiencia, diciendo ‘mira Chés, que te den’ y da por finalizada la clase. Yo también abandono, estaría bueno hombre.

De vuelta a la casa, limpio mi habitación, hago la cama y elaboro el orden del día. Quiero hablar de muchas cosas, retomar ciertos temas como el amor en tiempos de confinamiento, que hay muchas peticiones al respecto. Después voy a preparar un bacalao al pil pil. Se me acumulan los asuntos. Oh. Llaman  a la puerta del cuarto. Con la cara que me trae madre, esto suena a bronca in da house. Así es. 'Tenemos que hablar, hija'. Pausa dramática. 'Así no podemos seguir'. 

La miro expectante, con un hilo de esperanza, pero no. Ella coge carrerilla 'Te pasas todoeldía con la libreta o enelordenador'. Ya empezamos, qué mal lleva mi madre mi nueva vida de escritora de éxito, qué poco solidaria. Continúa 'no haces nielhuevo, no me ayudas en la casa. Todo el día pendiente del móvil. No, Elena, así no'. Ay. Creo que me está aumentando hasta el nivel de triglicéridos en la sangre del disgusto. 

SM no se da por vencida y pasamos al escaparate final: 'mira hija, tienes que hacer otras cosas' Pero si hago la comida mamá. Nada, ella a lo suyo: 'hacer otras cosas como ordenar tu armario, ordenar las estanterías, ordenar las cajas, ordenar los cajones. Adquirirás experiencia' En ordenar, entiendo, tócate los huevos. 'Vivirás cosas (¿desasosiego?) coges, te vas a la cocina y dices, pero qué bonito ese pimiento'. Aquella conversación surrealista a la par que esclarecedora, me estaba dejando K.O., maricón. Parece que se estaba terminando. 'Lo que te quiero decir es que por las tardes escribir y por las mañanas dinámica. Y déjate de hablar tanto de mi en el blog. Cuenta tu propia vida'. Touché. Ahí ya me he tenido que callar como una mona. Así que recojo la reflexión y me pongo a hacer un bacalao al pil pil.

Para las que no sepáis cómo se hace, es una cosa facilísima. Os lo cuento. Necesitamos unos cuantos dientes de ajo, pimienta cayena, aceite, lomos de bacalao y una pizca de sal. Ponemos el aceite a calentar y pelamos los ajos en láminas. Cuando el aceite esté caliente, echamos los ajos y la cayena. Una vez que estén doraditos, los retiramos y reservamos. Ahora, secamos bien los lomos de bacalao y los hacemos primero con la piel boca abajo, en la sartén con el aceite, durante dos o tres minutos. Les damos la vuelta y notaréis como el aceite se impregna con una especie de gelatina que suelta la piel del bacalao. Una vez hechos los lomos, los sacamos y reservamos. Dejamos enfriar el aceite unos minutos. 

Más tarde, con un colador daremos vueltas enérgicas para mezcar la salsa de la gelatina y el aceite. Se va poniendo blanquecina hasta adquirir una textura cremosa. Podéis colar esa salsa, el pil pil, con un colador, por si queréis por evitar grumos. Se sirve el bacalao con la salsa por encima y los ajitos y la cayena de decoración. Chin pum. Se tarda 20 minutos en total y es receta para principiantes, así que no os quejéis.

Me quedan cosas pendientes por contar, lo sé. Pendientes quedan, como cantan el Jose y Blanca Almendrita en las cosas que nunca que dije...
Seguiremos informando, cuídense muy mucho.

11 comentarios:

Emejota dijo...

Hoy es viernes y el cuerpo lo sabe!!! Ánimo con los armarios, tu puedes campeona

Anónimo dijo...

Donde manda capitán (SM) no manda marinero jajjajja. La faceta Arguiñaña te va muy bien también. Abrazo

Unknown dijo...

Encendíapagá, nunca me ha quedado tan claro un estado!!! Sigue así y, diga lo que diga tu SM, no dejes de escribir tu blog

Unknown dijo...

Jajajajajaja yo ya visualizo a tu SM y a la mía, en una mesa de El Corte Inglés en firma de libros...ojo cuidao...

Mon dijo...

Madre como estamos hoy.... Besazo!!!

González dijo...

Claro que sí!!💪💪💪 besazo Chechu 😘😘😘

González dijo...

Jajajaja 😂 muchas gracias Teresa!!!😘😘😘

González dijo...

Ague? Siempre dudo con las anónimas 😂 no dejaré de hacerlo, promise!!😘😘😘

González dijo...

Hermanaaa!!! No sé si pa tanto eh😂 Te quiero gotda 😘😘😘

González dijo...

Jajajaja 😂 has visto? A tope! Un abrazo enorme Mom 😘😘😘

Anuskula dijo...

Te queda buenísimo. Doy fe de ello que lo he probado. Animooo!!! Voy tarde con la lectura pero me encantas. Graciassss amiga